domingo, 7 de febrero de 2021

ENTRE LA TEORÍA Y LA PRAXIS

Actividad 1 correspondiente a la 4º Unidad del Programa.
Fuente: Programa de Filosofía Mineduc


¿LA FILOSOFÍA ES SOLO TEORÍA?


Atención a estos mini textos de Aristóteles y Karl Marx:

- “El sabio puede ejercer la contemplación incluso estando en aislamiento, y, cuanto más sabio sea, más puede que lo haga; mejor si tiene colaboradores, pero, con todo, él es el más autosuficiente. Por tanto, hasta donde alcanza la contemplación, también lo hará la felicidad; y en quienes se da la contemplación en mayor medida, también se dará el ser feliz”. (Aristóteles, Ética a Nicómaco, Editorial Alianza, Madrid, 2005: p. 306).

- “Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo”. (Karl Marx, Tesis sobre Feuerbach, en La ideología alemana, Ediciones Grijalbo, Barcelona, 1970, trad. Wenceslao Roces, p.668).

A continuación, guía para reflexionar:

- ¿Cómo se alcanza la felicidad según Aristóteles?
- ¿Cuál es la crítica de Marx a los filósofos?
- ¿Están de acuerdo con esa crítica? ¿Por qué?
- ¿Interpretar el mundo no es, en alguna medida, transformarlo?
- ¿Hay ideas filosóficas que hayan transformado el mundo? ¿Cuáles?
- ¿En qué medida las ideas filosóficas dan forma al mundo en el que vivimos?


La primera parte de la actividad consiste en darse cuenta cómo algunas ideas filosóficas han impactado en el mundo, tanto social como individualmente. Pasamos a la segunda parte.

DE LA TEORÍA FILOSÓFICA AL ANÁLISIS SOCIAL


Lectura de dos textos filosóficos sobre la relación entre teoría y práctica.
Fragmento del texto “Conocimiento e interés”, de Jürgen Habermas.  (abrir una discusión):

- ¿Cuál es la importancia de una “filosofía estrictamente teórica” para Schelling?
- ¿Por qué una actitud teórica correspondería a un conocimiento libre de intereses?
- ¿Cómo se desarrolla el conocimiento desde el concepto de teoría descrito por Habermas?
- ¿Crees que es posible que haya un conocimiento –con actitud teórica– libre de intereses?

Luego de haber discutido respecto de la pretensión de neutralidad de las teorías, el profesor presenta una teoría filosófica que podría ayudarlos a comprender el mundo actual. Se sugiere aquí la noción de “sociedades de control”, de Gilles Deleuze.

Pistas:
* impacto de las ideas aristotélicas en la astronomía,
* la influencia de la filosofía medieval cristiana en la vida de los individuos
* el impacto de las ideas del liberalismo en política.

Atención a la teoría de Habermas  relativa a los tres tipos de intereses que dominan el conocimiento: el técnico, el práctico y el emancipador.

- ¿La filosofía sirve para entender lo que pasa a nuestro alrededor?
- ¿Creen que la filosofía podría ayudarnos a entender mejor nuestra realidad?
- ¿En qué medida nuestra comprensión del mundo responde a teorías filosóficas?

Luego de haber discutido estas preguntas, vamos por el texto de Deleuze para responder por escrito a nuevas preguntas:

- ¿Cuáles son las características de una sociedad disciplinaria?
- ¿Cuáles son las características de una sociedad de control?
- ¿En qué ejemplos concretos o experiencias pueden ver la existencia de estas sociedades?
- ¿De qué manera esta teoría puede cambiar la forma en que vemos el mundo y nuestra propia vida?

Finalmente, un integrante por grupo lee las respuestas a sus compañeros para discutir respecto de la pertinencia, validez y utilidad del concepto de "sociedad de control".


ENTRE LA TEORÍA Y LA PRAXIS - LOS TEXTOS DE APOYO


TEXTO 1

(Jürgen Habermas, Conocimiento e interés, Ideas y valores. Revista colombiana de filosofía, 42(42):61, 1973, trad. Guillermo Hoyos, p. 61-62).

En el semestre de verano de 1802, dicta Schelling sus clases sobre el "Método de los estudios académicos". Allí renueva enfáticamente […] el concepto de teoría que ha determinado la tradición filosófica desde sus comienzos. "El temor a la especulación, el afán no fundamentado de pasar inmediatamente de lo teórico a lo meramente práctico, causa necesariamente en el obrar la misma superficialidad que en el saber. El estudio de una filosofía estrictamente teórica es lo que más inmediatamente nos familiariza con las ideas. Y solo las ideas pueden dar relevancia y significado ético a la acción". Una verdadera orientación para el obrar solo puede ser dada por un conocimiento que se haya liberado de los meros intereses y se haya dirigido a las ideas; es decir, por un conocimiento que haya adoptado una actitud teórica. 


La palabra teoría tiene orígenes religiosos: "Theoros" se llama el representante que enviaban las ciudades griegas a los festivales públicos. En la''Theoria'', es decir, contemplando, se abre el al suceso sacral. En el vocabulario filosófico se traslada la "Theoria" a la visión del "Kosmos" […].


Si el filósofo contempla pues el orden inmortal, no puede sino asemejarse el mismo a la medida del kosmos e imitar en sí mismo dicho orden. Las proporciones que el filósofo contempla, tanto en los movimientos de la naturaleza como en la continuidad armónica de la música, las manifiesta en sí mismo; el filósofo se forma mediante la "Mimesis". La teoría llega a la praxis vital pasando, pues, por un momento en que el alma se asemeja al movimiento ordenado del kosmos. La teoría imprime a la vida su forma, se refleja en el comportamiento del que se somete a su disciplina y esto es "Ethos". Este concepto de teoría y de una vida en la teoría es el que ha determinado la filosofía desde sus comienzos


TEXTO 2


(Gilles Deleuze, Posdata sobre las sociedades de control, en El lenguaje literario, Ed. Nordan, Montevideo, 1991, recuperado el 03-07-2019 de http://www.fundacion.uocra.org/documentos/recursos/articulos/Posdata-sobre-las-sociedades-decontrol.pdf)


Foucault situó las sociedades disciplinarias en los siglos XVIII y XIX; estas sociedades alcanzan su apogeo a principios del XX, y proceden a la organización de los grandes espacios de encierro. El individuo no deja de pasar de un espacio cerrado a otro […]: primero la familia, después la escuela (“acá ya no estás en tu casa”), después el cuartel (“acá ya no estás en la escuela”), después la fábrica, de tanto en tanto el hospital, y eventualmente la prisión, que es el lugar de encierro por excelencia. […] Foucault analizó muy bien el proyecto ideal de los lugares de encierro, particularmente visible en la fábrica: concentrar, repartir en el espacio, ordenar en el tiempo, componer en el espacio-tiempo una fuerza productiva cuyo efecto debe ser superior a la suma de las fuerzas elementales. Pero lo que Foucault también sabía era la brevedad del modelo: sucedía a las sociedades de soberanía, cuyo objetivo y funciones eran muy otros (recaudar más que organizar la producción, decidir la muerte más que administrar la vida) […].
 

Estamos en una crisis generalizada de todos los lugares de encierro: prisión, hospital, fábrica, escuela, familia. La familia es un “interior” en crisis como todos los interiores, escolares, profesionales, etc. Los ministros competentes no han dejado de anunciar reformas supuestamente necesarias. Reformar la escuela, reformar la industria, el hospital, el ejército, la prisión, pero todos saben que estas instituciones están terminadas, a más o menos corto plazo. Sólo se trata de administrar su agonía y de ocupar a la gente hasta la instalación de las nuevas fuerzas que están golpeando la puerta. Son las sociedades de control las que están reemplazando a las sociedades disciplinarias.
 

Los encierros son moldes, módulos distintos, pero los controles son modulaciones, como un molde autodeformante que cambiaría continuamente, de un momento al otro, o como un tamiz cuya malla cambiaría de un punto al otro. Esto se ve bien en la cuestión de los salarios: la fábrica era un cuerpo que llevaba a sus fuerzas interiores a un punto de equilibrio: lo más alto posible para la producción, lo más bajo posible para los salarios; pero, en una sociedad de control, la empresa ha reemplazado a la fábrica, y la empresa es un alma, un gas. Sin duda, la fábrica ya conocía el sistema de primas, pero la empresa se esfuerza más profundamente por imponer una modulación de cada salario, en estados de perpetua metastabilidad que pasan por desafíos, concursos y coloquios extremadamente cómicos. Si los juegos televisados más idiotas tienen tanto éxito es porque expresan adecuadamente la situación de empresa. La fábrica constituía a los individuos en cuerpos, por la doble ventaja del patrón que vigilaba a cada elemento en la masa, y de los sindicatos que movilizaban una masa de resistencia; pero la empresa no cesa de introducir una rivalidad inexplicable como sana emulación, excelente motivación que opone a los individuos entre ellos y atraviesa a cada uno, dividiéndolo en sí mismo. El principio modular del “salario al mérito” no ha dejado de tentar a la propia educación nacional: en efecto, así como la empresa reemplaza a la fábrica, la formación permanente tiende a reemplazar a la escuela, y la evaluación continua al examen. Lo cual constituye el medio más seguro para librar la escuela a la empresa.


TEXTO 3


(Tomaz Tadeu da Silva, Espacios de Identidad. Nuevas visiones sobre el currículum, Octaedro, Barcelona, 2001, pp. 11-12).

El análisis de la noción de “teoría”. En general, en la noción de teoría está implícita la suposición de que la teoría “desvela” lo “real”, de que hay una correspondencia entre la “teoría” y la “realidad”. De una forma u otra, la idea que comporta es siempre representacional, especular, mimética: la teoría representa, refleja, espeja la realidad. Teoría es una representación, una imagen, un reflejo, un signo de una realidad que –cronológicamente, ontológicamente– la precede […].
 

Desde la perspectiva del postestructuralismo, hoy predominante en el análisis social y cultural, es precisamente ese carácter representación el que torna problemático el propio concepto de teoría. De acuerdo con esa visión, es imposible separar la descripción simbólica, lingüística de la realidad –esto es, la teoría– de sus “efectos de realidad”. La “teoría” no se limitaría, entonces, a descubrir, a describir, a explicar la realidad: la teoría estaría irremediablemente implicada en su creación. Al describir un objeto, la teoría en cierto modo lo inventa. La teoría no se limitaría, entonces, a descubrir, a describir, explicar la realidad: la teoría estaría irremediablemente implicada en su creación. Al describir un “objeto”, la teoría en cierto modo lo intenta. El objeto que la teoría supuestamente describe es, de hecho, un producto de su creación. El objeto que la teoría supuestamente describe es, de hecho, un producto de su creación.

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